Tiene sólo cuatro años y se llama Heidi Hankins. Esta niña británica es, aparentemente, como cualquier niño de su edad. Pero, en realidad, lo que la distingue del resto de niños es su coeficiente intelectual: 159 puntos, uno por debajo de Einstein o Hawking.
La historia de esta niña es sorprendente: con unos meses podía contar hasta 40, hacer dibujos de personas, leer libros destinados a niños mayores o recitar poemas. Aprendió a usar un ordenador antes de los 18 meses y, a los dos años, sabía sumar y restar sin que nadie la hubiera enseñado.
Actualmente, Heidi es integrante de Mensa, la asociación internacional de superdotados más reconocida a escala mundial.
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